Cuando comencé mi blog hace unos años lo hice como mucha gente de la época. Escribir para una audiencia, real o imaginaria, sobre cualquer cosa que me pasara por la cabeza. Tecnología, política, cosas de la vida y del día a día. Algunas cosas funcionaron y me gustan, pero otras tantas no tanto. Luego perdí el interés, una mezcla de no tener la audiencia que me habría gustado, no estar conforme con el manejador de contenidos ni la responsabilidad de la periodicidad. Las cosas también cambiaron con el tiempo, Twitter llenó un vacío a pesar del espacio limitado y presentaba una mejor forma para actualizaciones más cortas pero más constante.

No soy solo yo. En general veo que la gente suelta comentarios e ideas en Twitter como lo habrían hecho antes en sus blogs, y estos quedaron mas o menos abandonados, o cuando menos sin el movimiento que tenían entre 2005 y 2007.

Twitter no fue el único culpable. Pownce y Tumblr presentaron alternativas para publicar contenidos y los blogs fueron cambiando de "el sitio para publicar" a un formato mas complejo y dedicado. La cosa se diversificó. Y no es malo, al contrario. La diversifiación es buena, porque es especializada. Ahora hay espacio para todo y para todos.

El problema en mi caso es no haber podido distinguir a tiempo entre lo que se podía hacer en cada lado junto con querer probar cada servicio. Pero ya, no más. Me di cuenta hace años que mi Twitter es más para mi que para nadie más. No escribo para una audiencia.